Está vacía la sonrisa de mi pueblo, su gente se ha ido a lugares vecinos, a lugares lejanos, buscando el sustento para sus hogares, están perdidos, lejos de casa, añorando sus raíces.
¿A quienes llamaremos Padres?, y ¿dónde están nuestros hijos ahora?
¿Qué furioso vendaval ha borrado las profundas huellas hechas por siglos de tranquilos paseos?
¿Qué furioso vendaval ha borrado las profundas huellas hechas por siglos de tranquilos paseos?
Hemos dejado perder el respeto y huimos de lo arruinado, en lugar de hacerle frente al error y perdonar o ser perdonado.
¡Tú Padre!, ¡tú Madre!, ¡tú hijo! ¡tú hija!, tomémonos de las manos y cerremos el círculo, al fin que en la fe, ¡todos somos hermanos!
Ciudad Mier, en su larga historia ha criado buenos hombres y mujeres, que se nos arrebatan de nuestras propias manos, en su búsqueda del saber, y en la necesidad de una vida mejor.
(FRAGMENTOS DEL ENSAYO DE CONCIENCIA CIUDADANA)
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