Cuenta la leyenda que en la población de Mier, por las tardes y noches se aprecian pequeños personajes a los cuales denominaban duendes, ya que ellos no se asemejaban a los personajes de los cuentos, dichos duendecillos solo se aparecían en los patios que contaban con norias o algiberes (depositos de pozos profundos de agua) para abastecimiento de la poblacion o de una familia en particular.
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