(FRAGMENTO DE EL ENSAYO "CONCIENCIA CIUDADANA")
La Casa roja, desteñida y en ruinas inhabitables, permanece como mudo espectador ante la violencia, parece exigir por orden, por justicia, en el fantasmal eco de órdenes de generales muertos acompañados por la melodía ausente de un piano que ya no toca, abandonado entre sus gruesas paredes de cal y roca
No erijamos monumentos a los muertos ¡seamos monumentos vivos en honor de los valientes acaecidos!
"La Casa Roja" es un edificio cuyo interés histórico radica en que en este lugar permanecieron prisioneros los más de 200 soldados integrantes del ejercito texano, que sucumbieron ante el ejército mexicano en la Batalla del 25 de diciembre de 1842.
Cuenta la historia que Don Antonio de Santa Ana, mando a fusilar a todos los prisioneros; sin embargo el comandante de la plaza se negó a cumplir la orden, por lo que fue remplazado y tras varias gestiones diplomáticas por parte de Inglaterra y Francia se resolvió solo fusilar a uno de cada diez de los prisioneros. La terrible forma que se seleccionó para decidir quién moriría y quien viviría fue mediante un sorteo peculiar: en un recipiente se colocaron 176 frijoles pintos y 17 frijoles negros, los prisioneros con los ojos vendados que sacaron los frijoles negros fueron fusilados.
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